Actores clave, incluida la Sociedad Rural Salteña (SRS) se reunieron en Grand Bourg para abordar la revisión del Ordenamiento Territorial de Bosques (OTB). El abogado Ignacio García del Río, ex presidente de la SRS, comparte en una entrevista los aciertos de esta convocatoria del gobierno provincial y las preocupaciones sobre obstáculos que pueden derivarse de este resultado. El proceso técnico de dos años se acerca a su fase final, pero surgen inquietudes sobre la rigidez del nuevo mapa propuesto y su impacto en inversiones y recursos naturales.
¿Cómo se estructuró esta comisión para revisar el Ordenamiento Territorial de Bosques (OTB) y cómo presentaron la postura de la Sociedad Rural Salteña (SRS) en esa mesa de discusión?
El OTB ha pasado por un proceso bastante amplio y técnico. Este trabajo que llevó a cabo la Provincia para revisar el ordenamiento es un tema que se viene tratando desde hace al menos dos años. Desde el principio, el gobierno organizó audiencias públicas en diferentes zonas de la provincia para comunicar cómo sería la revisión del ordenamiento, buscando la participación de la mayor cantidad de personas posible, no sólo concentrándose en la ciudad, sino también ampliándolo a distintas zonas. Con la participación de todos esos actores, y mediante la utilización de la metodología denomina “Q”, la provincia (a través de la Secretaría de Ambiente) realizó hace poca más de un año una nueva reunión en la que los actores identificaban las prioridades sobre el ordenamiento. De algún modo, esa metodología permitió que los participantes priorizaran los aspectos culturales, sociales, económicos, productivos, ambientales y políticos que debían tenerse en cuenta para la elaboración de un nuevo OTB.
Paralelamente, a través del INAI (Inst. Nac. de Asuntos Indígenas) INTA, CONICET y la UNSA, la provincia elaboró un importante trabajo de carácter técnico que serviría de soporte para el “mapeador” que luego se utilizaría para elaborar el nuevo OTB. Sin dudas, fue un trabajo que en sus distintos aspectos evaluó los diferentes criterios establecidos en la ley provincial de ordenamiento territorial.
Sin embargo, también debo decir que, al menos desde el punto de vista productivo, no se tuvieron en cuenta muchos de los avances tecnológicos incorporados a la producción y tampoco muchos de los cultivos que desde hace algún tiempo se vienen afianzando en nuestra provincia. Esa circunstancia resultó determinante para que los criterios técnicos utilizados para realizar las diferentes propuestas de OTB impidiesen que muchas zonas con potencial productivo de la provincia se vieran restringidas de esa posibilidad. Tan es así que una prueba informal de mapeador utilizado arroja como resultado que muchas zonas de la provincia no cuentan con tal aptitud productiva, aunque actualmente se encuentran habilitadas conforme autorizaciones de la autoridad de aplicación y representan importantes zonas productivas de porotos, garbanzo, chía, sésamo y otras especialidades como estas últimas.
¿Están ya en la etapa final?
El último taller convocado por la Provincia para la revisión del OTB el 25 de octubre pasado, de algún modo marcó el final del proceso participativo. En ese taller, los actores que representan diversos sectores e intereses de la sociedad se agruparon en cuatro mesas para formular las propuestas de OTB. En esta instancia se utilizó como herramienta final el “mapeador” elaborado por las instituciones que mencionara mas arriba. A través del mismo, cada participante de cada mesa debía asignar un valor de importancia, entre 1 y 100, al rojo, al amarillo o al verde estableciendo de ese modo cómo quedarían mapeadaos los bosques de la provincia en función del alto, mediano o bajo valor de conservación. Adicionalmente, se introdujo un concepto llamado “Evaluación de cuencas” cuya aplicación restringía sorprendentemente las áreas con potencial productivo. De cualquier modo, las cuatro mesas, con mayor o menor grado de consenso, formularon sus propuestas y ahora la Provincia debe analizar el resultado de esas propuestas y elaborar un nuevo OTB.
¿Cree que el proceso fue el adecuado?
Creo que el Gobierno intentó un proceso participativo aunque en mi opinión se cometieron al menos dos errores insalvables. El primero tiene que ver una premisa errónea sobre el principio de no regresión ambiental a través del cual las autoridades impusieron una limitante. Escuchamos muchas veces a las autoridades sosteniendo que el principio de no regresión se vincula con una cantidad máxima de hectáreas en verde que no puede aumentarse a través de las sucesivas revisiones del OTB. En mi opinión, tal principio se vincula con la imposibilidad de eliminar o modificar los principios enumerados en la lay para establecer el valor de conservación de cada bosque. En cualquier caso, creo que el gran error es haber basado ese principio de no regresividad en un mapa de bosques elaborado por el gobernador Urtubey, y que fue el principio de un sinfín de atrasos en materia ambiental, social y productivo de la provincia. De algún modo, creo que haber utilizado ése mapa le quita entidad al nuevo OTB y al enorme esfuerzo y trabajo técnico que se invirtió para su revisión. Esto quedó muy evidenciado al momento de realizar las propuestas de OTB en el último taller participativo. En efecto, la valorización realizada determinó que determinadas zonas de la provincia que hasta ahora tenían aptitud productiva (verde) dejasen de tenerla y otras, que de acuerdo al anterior OTB no tenían aptitud agrícola, ahora puedan tener ese potencial. En definitiva, no podemos perder de vista que la ley de OTB de Salta establece que el mapa siempre tendrá carácter orientativo.
¿Cuál es el segundo error?
Tiene que ver con el final de la respuesta anterior. Creo que tantos esfuerzos y tiempo invertido en la revisión del OTB no contemplaron la posibilidad de realizar un análisis mas zonificado, en una escala que permita determinar seriamente la necesidad de conservar, mejorar y enriquecer los bosques y de producir sosteniblemente donde ello fuere posible. Esto hubiese permitido realizar un trabajo por zonas y predios mucho mas acorde a la realidad de los bosques existentes. Tengamos en cuenta que la escala utilizada (1 : 250.000) no permite tal análisis. En este punto valen reiterar algunas cuestiones que ya no tienen demasiada discusión. Ninguna persona desmonta por desmontar. En todo caso, un productor habilita para producir. Nadie en sano juicio gasta recursos para producir en zonas desfavorables o de un modo que no sea sostenible. Tan cierto como aquello es que ningún bosque se preserva sin intervención. Sobran los ejemplos de esto último.
¿Falta poco para que entreguen los resultados y el nuevo mapa?
Ese debiera ser el último paso. El gobierno debe superponer las propuestas elaboradas en el último taller participativo y determinar las áreas donde hay coincidencia. Esto podría establecer una base sólida para el nuevo mapa de ordenamiento. Sin embargo, hay un dilema: ¿seguir la coincidencia de los grupos, que reduce significativamente las áreas verdes, o considerar otras opiniones? La Provincia debe decidir qué hacer y aquí veo un riesgo.
¿Cuál es ese riesgo?
Según se informó en el último taller, el ejecutivo Provincial planea elevar este nuevo mapa a la legislatura para su aprobación por ley. Esto significa que, cada cinco años, debiera elevarse al poder legislativo las sucesivas revisiones establecidas por ley para lo cual debieran derogar una revisión anterior y aprobar la que se trate en ese momento. Entiendo que luego de un proceso participativo como el intentado para esta revisión, resulta mas adecuado que su aprobación se trate a través de mecanismos mas ágiles y revisables sin necesidad de derogar una ley, con la rigidez y rigorismos que eso conlleva.
¿Entonces pasado los cinco años lo que es verde podría ser rojo pero lo rojo no puede ser verde?
Teniendo en cuenta el criterio del que hablábamos antes, sin dudas es así. Todo indica que las cuestiones ambientales cada vez son más restrictivas. Más allá de pensar en el productor o en el propietario de un campo, creo que la forma en que se delineó esta propuesta quitaría en general una cantidad considerable de recursos. Además de las alternativas productivas, hay otras oportunidades como los servicios ambientales que generan los bosques. Sin embargo, la actual revisión del OTB pone en riesgo estas alternativas dependiendo de cuál sea el mapa final.
¿Es cierto que no se ejecutan los fondos destinados a la conservación que indica de la ley de bosques en los últimos años?
Los fondos asignados a través de esta legislación no se han ejecutado en más del 10%, lo que indica un desvío significativo de recursos que no se han aplicado según lo previsto. Es utópico que alguien obtenga un resarcimiento.
Por eso surge la necesidad de recurrir a bonos ambientales, principalmente de empresas privadas locales o internacionales. Estos bonos, aunque ofrecen la posibilidad de compensar los beneficios ambientales, también plantean desafíos, ya que requieren una cantidad considerable de recursos. Esto hace que acceder a los beneficios ambientales sea poco viable para la mayoría de las personas.
¿Se incrementaron las habilitaciones de campos en la provincia de Salta en los últimos años?
No. Al contrario. Se nota una disminución significativa en los últimos años. Esta reducción se atribuye, en parte, a una mejor fiscalización que ha permitido identificar más rápidamente las habilitaciones ilegales, imponiendo multas y obligaciones de restauración. Esta medida ha demostrado ser efectiva y ha desincentivado la habilitación ilegal, lo cual es un dato alentador.
¿Cuál es tu conclusión sobre la visión productiva de la provincia y las decisiones tomadas hasta ahora?
Creo que el actual gobernador, quien a partir del 10 de diciembre aún tiene cuatro años por delante de gestión, todavía no ha fijado una pauta clara sobre cuál es su visión productiva en materia agrícola. Mas allá de los elocuentes discursos de campaña, de alguna forma ha trasladado a los distintos actores la decisión de hacer un nuevo mapa de OTB, pero sin fijar un criterio político de hacia dónde se quiere ir como provincia productiva. Mirando hacia atrás, analizando cómo creció la Provincia y el potencial enorme que aún le queda, creo que a este gobierno todavía falta la impronta que lo diferencie de otras gestiones. Además de las coyunturas económicas y políticas que atraviesa el país, estamos perdiendo la posibilidad de hacer crecer a la provincia. En la medida que sigamos relegando derechos en materia de facultades no delegadas al poder central y que, a su vez, no tengamos la posibilidad de exigir la enorme cantidad de recursos económicos que adeuda nación para la conservación, mejoramiento de bosques y servicios ambientales, cada vez resultará mas difícil encontrar un beneficio en esos bosques.