¿Qué es para ustedes la Sociedad Rural Salteña?
Una pregunta simple, pero con un poder absoluto, que debemos respondernos cada uno de nosotros con el correr de los años.
Hoy me siento muy contento y profundamente emocionado de verlos a todos acá, participando de este gran momento. Quiero agradecerle a Joaco por el apoyo incondicional, a la comisión directiva saliente por su compromiso, y a la nueva comisión que hoy asume esta responsabilidad con entusiasmo y convicción. No se imaginan el orgullo y la alegría que me genera vernos reunidos en nuestra casa.
También quiero hacer una mención especial a mi familia. Sin su apoyo constante, hoy no podría estar asumiendo esta enorme responsabilidad. A Mechi, Fechu, Inda, y a mis viejos, que son mi gran ejemplo: gracias.
Quisiera compartir con ustedes una pequeña reflexión. Este año nuestra institución cumple 125 años de vida, y les aseguro que cada socio, cada directivo y cada familia que ha pasado por ella nos dejó su huella. Por eso, hoy la Sociedad Rural Salteña sigue más viva y más fuerte que nunca.
Podemos percibir su mística —casi imperceptible pero de claridad absoluta— cada vez que realizamos nuestra querida Expo, donde nos reunimos todos una vez al año para compartir nuestros sueños de una Salta pujante, faro del norte argentino.
Me gustaría agregar algo que, para mí, es de gran importancia y en lo que venimos trabajando silenciosamente desde hace años. Se trata de un aspecto que marca el rumbo de cualquier sociedad: la capacidad de consensuar, dialogar y ejercer la tolerancia. Año tras año, lo hemos puesto en práctica. El ejemplo más claro lo vivimos hoy, en esta asamblea de cambio de autoridades.
Nuestro sector es uno de los más diversos, dinámicos y extendidos a lo largo y ancho de la provincia. Es una actividad esencial para el desarrollo de nuestras familias salteñas. Es un legado y una vocación que llevamos en el ADN. Por eso, debemos ser conscientes de nuestra responsabilidad como sociedad y trabajar unidos para seguir desarrollando nuestra provincia.
A veces me impresiona ver cómo nos cuesta dejar de lado los egos y las mezquindades, cuando en realidad deberíamos anteponer el bien común como punto de partida para liberar el verdadero potencial de esta tierra maravillosa.
Me siento muy orgulloso y profundamente acompañado por cada uno de los miembros de la comisión directiva que hoy asume. Porque lo más valioso que tenemos como personas es nuestro tiempo, y que haya quienes decidan invertirlo en esta gran institución dice mucho de la importancia que tiene la Sociedad Rural Salteña.
A los jóvenes del Ateneo, les digo: disfruten cada etapa de la vida. Nuestra institución ha generado un espacio inédito, donde no solo pueden capacitarse, sino también vivir experiencias que los formarán como personas del sector.
Soy un convencido de que los cambios que la sociedad necesita deben empezar desde las nuevas generaciones. Son desafíos que trascienden a una sola persona. Por eso, les doy mi apoyo incondicional, porque ustedes son el futuro hecho presente.
Con la mirada firme, puedo decir que nuestra institución es consciente y trabaja activamente en ese camino. Lo digo con conocimiento de causa: hoy se hace realidad una historia que me trajo hasta acá. Por mis venas corre la experiencia del Ateneo, y con ella, la lealtad y el amor por nuestra querida Sociedad Rural Salteña.
Nos queda un gran camino por delante. Espero que, entre todos, logremos alcanzar el crecimiento que necesita nuestro sector y nuestra querida provincia.
Muchísimas gracias por estar hoy presentes y por darle vida a esta institución que nos une.
José Alfredo Figueroa
