Ganadería
Carlos Valdiviezo, destacado criador de caprinos en la región de Güemes, Salta, comparte su travesía en la cría de cabras, con un enfoque especial en la distinguida raza Bóer. Originaria de Sudáfrica, esta raza crece gracias su adaptabilidad y eficiencia en la producción de carne. A Carlos lo motiva que la carne caprina se valore no solo como un alimento festivo, sino como una opción más frecuente y cotidiana.
La crianza de cabras, específicamente los que llamamos chivos, nunca ha ocupado el protagonismo en la ganadería. A pesar de su falta de reconocimiento, hay un creciente interés de parte de la Sociedad Rural por ejemplo en destacar esta producción ganadera que tiene potencial para ofrecer rendimientos más prometedores que los logrados hasta ahora,
La Cabaña Namuncurá se arraiga en una explotación que Carlos tiene en Güemes y donde ha forjado un camino en la cría caprina que tiene mucho de esfuerzo, intuición y resiliencia. También apuesta a la diversificación, recientemente incorporando la raza Anglo Nubian para generar una mezcla de reproductores. Su visión va más allá de la producción, quiere que el mercado caprino con todos sus actores logre un buen mercado ganadero en Salta.
Inicios y Desafíos
Para llegar a este lugar Carlos comenzó su trayectoria laboral en la tierra en la que pasó su niñez, Güemes, donde su padre era empelado de ferrocarril y su mamá ama de casa. Carlos trabajó en una verdulería desde los 11 años. Con ese afán de trabajo y crecimiento luego se dedicó a vender tómbolas a la salida del colegio. Ya a los 16 años se mudó con su familia a la capital de Salta cuando a su padre lo vuelven a trasladar, y allí tuvo múltiples empleos en donde no dudaba en hacer labores de las más variados. En una oportunidad el dueño de la peletería antes de tomarlo le advirtió: “Coser es de mujeres”, a lo que respondía que estaba dispuesto a todo con tal de trabajar. Y allí confeccionaba tapados de piel. A los 25 años tuvo a su única hija y decidió ser padre soltero. y junto a su primogénita viajó donde el trabajo lo llevara. Fue la mano derecha del dueño de una concesionaria de autos, tuvo éxito con una revista de anuncios en Jujuy que llegó a tener 50 páginas, también sumó un negocios de celulares en Tucumán y manejó una panadería en Córdoba.. Siempre fue un entusiasta del trabajo y ya adulto decidió dedicarse a estudiar derecho, aunque tuvo que abandonar en cuarto año, pero nunca abandonó su sueño de producir en su campo. Ya con su hija independiente, decidió dedicarse al negocio de las cabras en una pequeña finca que adquirió en Güemes cuando ella tenía 6 años. A la cabaña la bautizó Namuncurá: “Cuando era chico me regalaron la historia de todos los santos y me impactó la vida de él, del indiecito, lo sufrida que fue. Cuando viajé a Roma fui al cementerio donde estaba enterrado en Roma y por esa admiración le puse el nombre a mi cabaña ”.
¿Cómo empezaste en la cría de caprinos?
Comencé en 2005 con unos pocos caprinos, al principio eran criollas y después fui incorporando la raza bóer.
¿Cuáles fueron los desafíos iniciales que enfrentaste?
Principalmente, la falta de conocimiento y la escasa infraestructura para caprinos en la zona. Pero con el tiempo, he ido aprendiendo y mejorando las instalaciones.
¿Cómo trabajas en ese aspecto?
Sí, me esfuerzo por mejorar la calidad genética de mi ganado. Compro sementales de buena calidad sobre todo bóer.
Carlos explica que esta raza se destaca por su docilidad, atractivo visual y notables cualidades cárnicas, con un sabor de carne diferenciado. Cabaña Namuncura una explotación que alberga un plantel de 20 vientres Bóer de la mejor calidad.
Ahora también está invirtiendo en la raza Anglo Nubian. El manejo práctico se basa en una dieta de alfalfa, rollos y maíz. En el contexto de la faena, Carlos destaca los desafíos, como la carencia de mataderos para animales pequeños, subrayando la necesidad de legalización para facilitar la comercialización en la región.
Estrategias y Manejo
¿Cuál es tu enfoque en términos de manejo poblacional? ¿Buscas mantener un número específico de machos y hembras, o esto varía según el contexto económico y otras consideraciones?
Yo mensualmente busco sacar tantos animales, especialmente para la venta de reproductores. Mi objetivo a largo plazo es establecer una cabaña que se destaque por la calidad de los reproductores que ofrezco al mercado.
Mencionaste que a veces es complicado competir con precios. ¿Cómo enfrentas ese desafío?
Estoy enfocándome en diferenciarme, ofreciendo genética que busco en otras provincias como el Chaco y siempre está la intención de importar de otros países como Sudáfrica.
Estuviste en la Exposición Rural. ¿Cómo fue la experiencia?
En la última exposición rural, llevé hembras y dos machos para la venta, y sí se comercializaron. Aquí aún no se reconoce el valor real de los caprinos. En el Chaco, una hembra puede alcanzar desde los 300 hasta 800 mil pesos, y un macho, entre un millón de pesos. Sin embargo terminé vendiendo a una cuarta parte del precio de referencia en el Chaco.
Carlos reconoce el potencial de crecimiento de la raza en la región, y su motivación se centra en mejorar tanto la calidad como la cantidad, además de fortalecer la infraestructura y la comercialización. En la última exposición rural de agosto, logró exhibir seis animales de su propia producción, vendiendo algunos de ellos. Este evento se convierte en un impulsor clave para destacar las virtudes de esta raza y permitir que el público conozca más sobre ella.
¿Has considerado otras líneas de ingresos además de la venta de animales?
Sí, seguramente el cuero tiene potencial. Actualmente, no aprovecho completamente esa oportunidad, pero creo que podría agregar valor al negocio.
¿Cuál crees que podría haber sido el elemento clave para mejorar tu negocio o la producción de cabras?
La plata siempre hace falta. Y intenté a veces sacar crédito y nunca obtuve nada. Y no soporto estar esperando en una silla, teniéndole la vela al político para que me dé 10 pesos. No me gusta. Entonces lo hago con lo que puedo, con lo que tengo. Ahora estoy haciendo una inversión en la que no miro tanto el gasto sino el objetivo. Hay que estar activo. Acá mi negocio (de implementos de celulares) se mueve porque yo salgo de lunes a viernes, a mí me no importa que llueva, truene, o haya sol. A veces son las 3 de la tarde y yo estoy vendiendo, laburando y después me voy al campo me subo al tractor y siembro el alfa, o la cosecho. Trato de estar en todo porque tampoco hay mano de obra calificada. Tengo dos empleados ahí y los voy guiando. Además del alfa, ahora estoy sembrando maíz.
A pesar de los desafíos iniciales, como la escasa infraestructura y falta de conocimiento en la zona en 2005, Carlos ha perseverado, mejorando sus instalaciones y participando activamente en exposiciones y eventos caprinos. Se centra en la calidad y diferenciación, con la promoción de su cabaña que aspira sea una genética caprina de alto nivel.
¿Y alguien te asesora en el tema de cabras o sigues siendo intuitivo?
No hay mucha gente que trabaje con el tema de cabras. Acá Rody Marinaro es referente como veterinario. Si uno intenta contratar veterinario allá en Güemes, es difícil pues se especializan en ganado mayor. Entonces vas contra la corriente, no puedo carnear un chivito porque no hay frigorífico. Rody es el único que sabe del tema, pero está con mucho trabajo. Por otra parte la ingeniera del INTA Marcela Martínez visitó al campo me dijo que estaba muy bien organizado y eso me sirvió a nivel técnico.
Futuro y Sugerencias
¿Cómo ves el crecimiento futuro de tu cabaña?
Es un proceso lento, pero me gustaría que mi cabaña sea habilitada pronto. La idea es seguir mejorando y considerar nuevas áreas de ingresos, tal vez la leche o la producción de cuero. Acá en la zona te piden muchos padrillos anglos. Entonces mi intención es sacar de las tres. El bóer colorado, el bóer blanco y el anglo nubian.
¿Qué consejo le darías a alguien que está comenzando en la cría de caprinos?
Les diría que se preparen y que sean persistentes. Además, consideren todas las oportunidades. Yo hice un curso de inseminación artificial y creo que es por ahí donde hay que apuntar. Mi mujer es bioquímica y estamos pensando en cómo unir su capacidad técnica y su trabajo. La bioquímica desempeña un papel fundamental porque de sus estudios sale información esencial, crea condiciones adecuadas y contribuye con el tema científico y tecnológico del procedimiento.
¿Cómo manejas la falta de tiempo para abordar todas las áreas del negocio?
Es un desafío, pero es cuestión de prioridades y organización. Yo lo hago dedicando tiempo a todo cada día. En mi caso marca la diferencia.